lunes, 7 de octubre de 2013

Control...

Llegamos a ese lugar que nos gustaba tanto para beber un poco y platicar, pensé irónicamente que iríamos en un plan vainilla pues no ordenaste o pediste ir de alguna forma especial…. Ir en un plan vainilla contigo jamás ha pasado.

Pedimos una bebida, cada quien su bebida favorita, tomamos un poco y en eso me entregaste una linda caja envuelta con un precioso nudo que lo envolvía, sonreí al verlo. Te acercaste a mí y en el oído susurraste:
“ve al baño y ábrelo”
Así lo hice.

Estando en el baño, abrí la cajita, dentro contenía un vibrador con un control, la expresión de mi rostro fue de sorpresa, mi mente comenzó a imaginar miles de cosas; mientras a mi cel. llego un mensaje tuyo:
“póntelo y me entregas la caja con el control”

Mis ojos se llenaron de sorpresa, colocarlo no fue complicado, lo que me preocupaba era que se “saliera” en cualquier momento. En eso andaba cuando me llego otro mensaje:
“quítate la panty y me las entregas” 
Esa orden hizo que sintiera escalofríos…. De esos que me gustan.

Llegue contigo a la mesa y te entregue la cajita con el control y mi panty, la abriste y sonreíste. Me senté a tu lado y seguimos platicando, estaba nerviosa porque sentía que todo mundo sabía lo que hacíamos, trataba de ponerte atención pero imaginar y sentir el vibrador dentro de mí lo impedía. De repente sentí que comenzaba a vibrar…. Mis ojos se dirigieron a los tuyos y una sonrisa de “maldad” se dibujo en tu rostro. Tenias el control en tus manos, jugabas alternando velocidades y ritmos; sin duda ambos lo estábamos disfrutando. Comenzaba a realizar respiraciones que lo daban a entender, me abrazaste y nuevamente susurraste:

-trata de no ser evidente, estamos en un lugar público
....  si

Llego la mesera y nos pregunto si estábamos bien, con todo el propósito del mundo le hiciste la plática mientras por debajo de la mesa jugueteabas con el control. Había un ritmo especial que hacía que la vibración se sintiera hasta el clítoris y eso… eso… hace que comience a gemir.
Con la mesera ahí enfrente no podía hacer nada, no podía gemir ni ser evidente… pero sin poder evitarlo salió de mi boca un placentero “aaaah!!!”, la mesera me observo extrañada.

Le pediste traer un par de bebidas más.
- Te dije que evitaras hacerlo ¿quieres que nos descubran? 
+ No…pero es inevitable
- te gusta verdad?
+ si, algo 
- Solo algo?
Tu mano se dirijo a mi vagina y notaste que estaba empapada….
+ Esto me dice otra cosa, lo disfrutas más de lo que dices gatita
-es lo que usted provoca Amo.
+ terminemos esto y nos vamos gatita

Concluimos las bebidas y nos retiramos de lugar. Tomamos un taxi para dirigirnos a casa.
Pensé que hasta ahí había terminado todo, pero estaba equivocada, te acercarse a mí y me dijiste en voz baja.
+abre las piernas
Te vi y con los ojos suplique que esa orden no fuera cierta
+ Hazlo gatita ¡ya!
Abrí las piernas y lentamente tu mano acaricio mis piernas hasta llegar a la entrepierna. Estaba tan mojada que me observaste y con solo ver tus ojos supe que preguntabas por la cant idad de humedad en mí.
Poco a poco tus dedos se introdujeron en mi y sacaron el vibrador, claro que lo disfrutaba, pero estaba al pendiente de que el taxista no se diera cuenta de lo que hacíamos.
Colocaste el vibrador en mi mano y me pediste guardarlo, mientras hacía eso, tus dedos seguían dentro de mí, masturbándome y generando placeres que solo tu logras que sienta, pero en esta ocasión estaban mezclados con la adrenalina al hacerlo dentro de un taxi y la angustia al ser descubiertos.
+ Gatita estas empapada, muy empapada ¿lo sientes?
- Si
Sacaste los dedos y los oliste, posteriormente me los diste para limpiar mi humedad de ellos. Mientras lo hacia mi vista se dirigió al retrovisor y note que el taxista también lo veía, pensé que se había dado cuenta pero jamás dijo nada.

Casi llegábamos a nuestro destino y preguntaste en voz alta:
+ ¿qué tienes que hacer antes de mojarte?
Moví la cabeza diciendo no 
+¿ te pregunte algo gatita, que tienes que hacer antes de mojarte? 
- pedirte permiso (susurre)
+ no te escuche ¿qué?
Mis ojos veían al taxista, me apenaba que él escuchara esto
- pedirte permiso
+ ¿y qué pasa cuando no lo haces? - me castigas….
+ bien, pues eso pasara una vez llegando a casa. 
Ambos le dimos las gracias al taxista al unisonó
Que tenga buena noche señor y usted también gatita. dijo el taxista

De inmediato sentí que las mejillas se me pusieron rojas… 

+ la tendrá señor, la tendrá. … respondiste al taxista